Editorial | El campo no dará agua a Portugal
La guerra del agua se intensifica con la intención del Gobierno central de desembalsar los embalses de Riaño y Porma para dar cumplimiento al Convenio de la Albufeira, un tratado del siglo pasado por el que Portugal debe recibir agua de las cuencas hidrográficas con las que comparte cauce, como es el caso del Duero. Con una sequía de extensión impredecible en ciernes, los regantes leoneses no van a ceder a las pretensiones del Ministerio para la Transición Ecológica que rige Teresa Ribera. No entra en sus planes dar al país luso el agua que han ahorrado para la próxima campaña después de que las explotaciones dejaran de regar por agotar el cupo asignado, más estricto esta vez que en otras temporadas precisamente para garantizar reservas suficientes. La decisión gubernamental se enfrenta a una oleada de movilizaciones y ha puesto al campo, desde ya, en pie de guerra.