Editorial | Apoyo proactivo y sin fisuras a Medicina
La propuesta de promover una Facultad de Medicina en León está sumando apoyos entre las fuerzas políticas, sociales y empresariales de la provincia, en un momento que puede ser el más oportuno de las últimas décadas para que la Universidad de León pueda contribuir a paliar el déficit estructural de falta de personal que está deteriorando el servicio en la sanidad pública. Es una evidencia que el proceso de envejecimiento de la plantilla actual y la carencia de interés por parte de las nuevas generaciones deja en el aire el futuro de la asistencia en la provincia, y que nadie vendrá a salvarla porque la situación será generalizada en los territorios del mismo perfil demográfico que León. En el pulso que el rector de la Universidad de León y el Colegio de Médicos echaron el pasado viernes a la sociedad leonesa solo debe haber un ganador y ese debe ser, sin duda, la sanidad pública y sus pacientes. Por ello, y salvando algunas excepciones que hoy quedan en evidencia, el respaldo a la iniciativa ha de ser no sólo unánime, sino también proactivo, con un seguimiento masivo que no deje resquicios que permitan abrir grietas para que se cuelen las dudas y los peros. Tampoco, evidentemente, es el momento de colgarse medallas políticas del ‘ya lo dije yo en su día’ que lo único que pueden desencadenar es una trifulca de egos estéril destinada a enredar una cuestión vital para el futuro de León. No hablamos del prestigio que puede adquirir la institución académica, que siempre es bienvenido, sino de una emergencia social que debe ser abordada desde todos los frentes posibles para que se convierta en una realidad consistente. Son miles los estudiantes que cada año se quedan fuera de las listas de aspirantes a los estudios de Medicina en las diferentes facultades españolas, alumnos brillantes que pierden la oportunidad de su vida por apenas unas décimas en su expediente y que, en el mejor de los casos, deciden formarse en el extranjero para seguir siendo fieles a su vocación. León puede ser su salida y, a la vez, la solución para nuestra sanidad.