Editorial | Inaceptable tensión en un parlamento
La Democracia tiene en los parlamentos su fundamento, precisamente como lugar de debate de ideas en el que se puede hablar de todo pero manteniendo unos mínimos de respeto. Por ello, resulta más inaceptable si cabe lo ocurrido en el último Pleno de las Cortes de Castilla y León. El uso de agresividad verbal, con insultos incluidos, alcanzó unos niveles sin precedentes. Es cierto que no sería justo hacer tabla rasa. Son procuradores con nombres y apellidos, probablemente sobradamente conocidos, los que desde hace tiempo elevan el tono de los debates dentro y fuera de la cámara. Recurren al ultraje, a la acusación sin fundamento, a la injuria permanente... y probablemente avalados por el aplauso de los propios en las redes sociales. Un parlamento es algo mucho más serio. Con acciones como éstas se entiende el creciente desprestigio de la política y de las instituciones. Lo ocurrido debería desembocar en una reflexión de los protagonistas, en una petición de disculpas a la ciudadanía y un cambio de actitudes. Pero es fácil que nada de esto ocurra...