Cortarse el pelo

A Mahsa Amini la detuvieron y la llevaron a una Comisaría de Teherán porque un mechón de su cabello sobresalía por encima del hijab. Salió muerta. El Gobierno dice que investiga por qué mientras centenas de mujeres pasean al aire sus trapos en Teherán, se cortan el pelo en vídeos que circulan por las redes sociales y son ya más de una decena de personas muertas por la represión ante las protestas. La población cree que Mahsa Amini fue molida a palos en la comisaría, aunque la versión oficial es que la joven falleció de un ataque cardíaco. Qué raro. Y cuánto nos suena esta causa de muerte a quienes hemos seguido el rastro de la represión franquista. Les daban un tiro y morían de un paro cardíaco.

Dicen que cuando las mujeres se cortan el pelo es que van a hacer un cambio en sus vidas. Lo hicieron las sinsombrero en los años 20. Cortarse el pelo y tirar los sombreros para abrirse paso en el espacio público. Para ser ciudadanas, artistas, profesionales... Es posible que el cambio esté empezando en el mundo islámico, que castiga a sus mujeres con unas normas sociales y religiosas que las aniquilan como seres humanos y ciudadanas para hacer ostentación de su poder frente a Occidente. En sus países lo imponen a sangre y fuego y en Occidente los pañuelos cubren las cabezas de muchas mujeres en nombre de la libertad.

Mahsa Amini ni siquiera debería haber entrado en la comisaría. Nadie le debería haber increpado por llevar un mechón al aire. No debería existir ninguna policía de la moral.

Mientras recorro la exposición que la Biblioteca Nacional dedica a Clara Campoamor (1888-1972), la precursora del voto femenino en España, en el 50 aniversario de su muerte, recuerdo a Mahsa Amini y a las adolescentes afganas que no pueden ir a la escuela o a las niñas hindúes que son víctimas de matrimonios forzados. Y leo que en 1877, once años antes de que naciera Clara, ya se debatió en el Parlamento español la cuestión del voto femenino y una segunda vez en 1907.

La muestra reconstruye el ambiente social y político de una larga época que concluyó con el logro del voto femenino en 1931. No fue solo Clara, aunque a ella le costó la carrera política, la amistad y la patria. Y no será solo Mahsa Amini. Pero ojalá sea el principio de un cambio que nos concierne a todas. Como a todas nos afecta que se pretenda legitimar la prostitución en nombre de la libertad de unas pocas porque a nadie se le escapa que la mayoría son víctimas de trata. Otra larga lucha que en España empezó a librarse hace un siglo con la creación de la Liga Abolicionista de la Prostitución. El poder sobre la mujer, el poder de humillarla a cambio de dinero, es la única razón de ser la prostitución. El mismo poder que impone el hijab.