Todos sois puteros

Todos sois puteros, incluso los que no habéis subido nunca. Para quien no lo sepa, eso de ‘subir ‘es un eufemismo con el que vosotros os referís a pagar por carne humana. No os atrevéis a decir que tenéis amigos que sí lo hacen, que creen que tienen el derecho a humillar, a violar, a maltratar a una mujer a cambio de una renta. Y lo decís bajito sin daros cuenta que no hace falta ‘subir’ para contribuir a la tortura. Hay una nueva versión que presume de defender la libertad de la mujer para ser martirizada. ¿Alguien se imagina a nadie amparando la voluntad de recibir una paliza por unos euros? Las sociedades avanzan, pero aún hay personas que consideran merecedoras del castigo físico o espiritual. «Lo hago porque quiero? ¿O será porque la miseria —también la intelectual de un mundo en el que el dinero es el vellocino de oro— no deja otro camino? ¿Habría mujeres prostituidas sin puteros? ¿Habría asesinadas sin asesinos?

Pero los hombres siguen ‘subiendo’ y las mujeres continúan aguantando la respiración para no soportar el aliento de la aniquilación humana mientras la sociedad mira para otro lado porque aquí, en el primer mundo, la opresión a las mujeres se esconde en esquinas oscuras y pisos cuneta.

Curzio Malaparte dedicó  La piel  a hablar de la prostitución de un pueblo entero. Mientras recorres los pasos de los ‘libertadores’ americanos de Italia sientes la sombra viscosa de la dominación, también (sobre todo) sobre las mujeres. ¡Sobre, qué preposición más violenta! y qué repetitiva en las vidas de la mujer... Malaparte quita las caretas de la indiferencia, la hipocresía y la benevolencia de los que matan sin tocar un arma:

—Si hubiesen perdido la guerra, cosas peores se verían en América —dije— Para sentirse héroes, todos los vencedores necesitan ver estas cosas. Tienen necesidad de meterle el dedo a una pobre muchacha vencida. Prefiero haber perdido la guerra y estar sentado en la cama como esa pobre muchacha antes de ir a meter el dedo entre las piernas de una virgen para tener el placer y el orgullo de sentirme vencedor.