Editorial | Demanda salarial en una fase complicada

La economía vive una fase convulsa. Parece innegable. Pero también es cierto que las cosas no han terminado de funciona bien desde el estallido de las hipotecas subprime estadounidenses allá por el lejano 2007. El esfuerzo de los trabajadores desde entonces es innegable. En el sector privado se acumulan las congelaciones, cuando no bajadas de sueldos, apelando a la necesidad de preservar la supervivencia de las empresas. Incluso a los funcionarios se les recordó el sueldo un 5% en el año 2010.

Cuando las cosas parecía que podían mejorar surgió el covid. Y el frenazo de la economía fue absoluto. A continuación llegó la invasión de Ucrania para agravar una crisis energética que llevaba tiempo fraguándose. Con este panorama, y el riesgo cierto de recesión, podría invitarse a evitar hablar de subidas de sueldos. Pero tras tantas apreturas son lógicas las demandas. Incluso como bien social al inyectar dinero al consumo.

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