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Como decía aquel, la imbecilidad es más apasionante que la inteligencia aunque sólo sea por el hecho de que no tiene límite. No puede haber otra cosa que estupidez infinita tras las acciones de protesta de un presunto grupúsculo ecologista que se dedica a lanzar sopa contra Los girasoles de Van Gogh, y atrocidades varias que han perpetrado contra otras obras de arte. Se preguntan si para los gobiernos es más importante el arte que la vida. Desde luego han conseguido llamar la atención sobre su propia estulticia, que es de lo que se trataba.

No digo yo que copiar de estos payasos, pero algo tendrá que hacer esta provincia para desarrollar una mínima capacidad de atracción de interés. Como primer paso, propongo, ser capaz de reaccionar a tiempo y con contundencia cuando alguien le pisa el callo. Está ahí el asunto de los presupuestos estatales para el próximo año, habrá que ver si en la tramitación parlamentaria León logra meter el cazo en algo, ya que en la primera ronda se ha quedado prácticamente con lo puesto.

Está la Mesa por León, y aquí no es posible buscar culpables en otros lares. No es que no se supiera, no es que no se diera por descontado, pero la flojera con la que las partes (sobre todo las partes que se empeñaron en tomar asiento en ella, excluyendo a otros sin escrúpulos) han aceptado el entierro oficioso del asunto da grima. A la burla se le ha dejado caer la máscara no ya sin sonrojo, sino con una desidia insultante para ciudadanos hartos de presenciar paripés inaceptables.

Con el mismo desinterés se está dejando pasar el desatino del Gobierno al ofrecer incentivos empresariales (que están por ver) a tres provincias despobladas, obviando que otras, con León en primera fila, necesitan como mínimo esa limosna para intentar tapar una hemorragia poblacional y económica que no encuentra remedio. Sólo la UPL hizo cuentas y dio argumentos para rebatir los erráticos criterios de Sánchez. El resto, silencio.

El lunes se avecina un nuevo capítulo del culebrón de Torneros. Vienen, dicen, a anunciar un plan tras años de despropósitos. El tema está más manoseado, como el del Corredor Atlántico. Habrá que ver qué proponen... y qué se responde.

Ahora la UE cierra el grifo de los imprescindibles fondos de recuperación porque hay incumplimientos. Habrá que saber cuántos de los 31.000 millones gastados han llegado hasta León. Ni palabra.

¿Hasta dónde llega la paciencia de los leoneses? ¿No tiene límite? Pues ya saben...