Y ahora, Torneros

La enésima noticia sobre el desarrollo de Torneros ha coincidido con la promesa del Ministerio y la Junta —que aquí sí que van de la mano— de que ayudarán un mil por mil a la empresa de baterías que prevé invertir 3.000 millones de euros y crear dos mil empleos en Valladolid. Dice Mañueco que la capital de Castilla tiene la gran ventaja de que en ella reina la paz social. Por su parte, Óscar Puente advierte de que será una capitalización para toda la Comunidad, aunque no dice cuál, y Reyes Maroto, que aún planea el estudio sobre la viabilidad de desarrollar San Marcos, promete un protocolo para que la empresa termine de decidirse y convierta la ciudad en un gran cluster de automoción.

Y es que ya saben que desde que Antonio Silván movió el mapa para convertir la provincia vallisoletana en la encrucijada del noroeste, aquí no hay nada que pueda mover la geoestrategia de la que habla el Gobierno.

El caso es que, tres lustros más tarde y a punto de unas elecciones municipales  dizquegenerales,  ha desembarcado el director del Sepes para anunciar que ahora sí, que en 2024 habrá ya empresas instaladas en Torneros, que ya no se sabe si alguna vez fue una realidad o la entelequia de un sueño de invierno.

Así que lo que no se ha tenido tiempo de acometer en 15 años se hará ahora en poco menos de uno, eso sí, los enlaces a las autovías no estarán hasta que la plataforma se ocupe en un 50% —al menos—, lo que es tanto como decir a Lidl que se las apañe para conectar con el resto del mundo.

Está por ver si finalmente los plazos se cumplen en esta ocasión y Adif no vuelve por sus fueros como de costumbre. En cualquier caso, no estaría de más conocer las encuestas con las que trabajan los fontaneros de los dos partidos sistémicos, ahora que parece que todo se derrumba a nuestro alrededor, Por cierto, la ministra Ribera anunció ayer que las ayudas a Soria y Teruel tendrán carácter retroactivo, como debe ser, que cada vez hay más ciudadanos despegados de eso que llaman la vertebración de España.