Diario de León

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Las cigüeñas, codornices y golondrinas que se fueron de aquí hace ya semanas camino de África iban cambiando impresiones sobre la gran sequía y la calora de fuego que mortificaron su estancia leonesa este verano. También ellas dicen que jamás vieron tal. Y se las prometían al sobrevolar sus querencias de invierno, pero al descender supieron que jamás se había visto en Marruecos una sequía tan larga como la que siguen padeciendo hoy. Hay zonas en las que su gente está a punto de entrar en pánico. Eso dicen las noticias que llegan de allí.

Quiero imaginar que alguna de ¿nuestras? golondrinas tiene su nido en una de las grandes puertas fortificadas de la amurallada ciudad marroquí de Esauira, la vieja Mogador portuguesa donde nuestros vecinos embarcaban sus esclavos para América, ciudad muy pescadora y muy de artistas de la que se enamoró ciegamente Orson Welles. En ese portón abovedado en ojiva descubrí de pura casualidad a Alí Farka Touré y su guitarra acústica; y quizá esa golondrina se despierte aún hoy con su música si sigue saliendo al aire por el altavoz de una tienducha que hay allí vendiendo entonces casetes y ahora cedés. Aquella música paralizó mis pasos y eso sólo puede hacerlo una guitarra con mucha alma. Aquella me sonó familiar con algún tic flamenco que en realidad era tic sólo africano cuando ya después buceé en la biografía y música de ese gran tipo de Mali capaz de apodarse a sí mismo como  farka , asno. Por si enamorara poco su talla artística, un dato: siendo ya una figura local e internacional, fue elegido alcalde de su pueblo y, ante la tacaña lentitud estatal, pagó de su bolsillo tres carreteras, la acometida de aguas, un consultorio y la generación eléctrica.  Nadie es algo si su gente no es nada . Iba en su alma, la que va en su música tan balsámica y festiva, rítmica y melodiosa, un oasis en las estridencias de nuestros desiertos, sobre todo si su guitarra se casa con el arpa malinesa de su compadre Toumani Diabaté. Ojalá esos sones alivien la angustia y la estrechez que pueda pasar allí este invierno esa golondrina.

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