La minería se va para no volver
Volver a abrir las minas para así acabar con todas las carencias energéticas y con la decadencia a la que están condenadas las cuencas desde el fin de la minería. A priori es una idea que podríamos comprar desde ya todos, sobre todo después de ver que es lo que está haciendo en Alemania que está sacando carbón a toda pastilla ante las constantes amenazas de Rusia de cortar el gas.
El problema es que por mucho que queramos y que nos convenga es realmente imposible reabrir las minas, por lo que nos tocará seguir siendo dependientes de otros países energéticamente a pesar de tener todos los recursos bajo nuestros pies.
La idea de recuperar la actividad extractiva en la provincia como solución a todos nuestros males ha sido lanzada por Vox, que no termina de ver la realidad, por llamarlo de alguna manera, con los mismos ojos con las que la vemos el resto. Claro que tampoco hay que olvidar que las elecciones están a la vuelta de la esquina y hacer este tipo de anuncios es como sembrar, y esperar una buen cosecha de votos en primavera. Y es que si algo ha aprendido muy bien la extrema derecha es a hurgar en la herida, y la minería es de las escuece mucho, para obtener una repercusión social inmediata.
Pero hay que ser realistas y responsables a la hora de hablar de estos temas que, como digo, causan un profundo pesar en las cuencas mineras de la provincia, ya que reabrir las minas no es como levantar la trapa y ponerse a despachar carbón. Es casi imposible ponerlas en marcha tras casi una década cerradas, ya que no cumplen con las mínimas condiciones de seguridad, por no hablar de que son prácticamente inservibles, ya que la mayoría están inundadas o están derrumbadas, lo que supondría invertir miles de millones para poderlas utilizar. Todo esto con una ley que ahora mismo limita hasta casi la prohibición cualquier tipo de aprovechamiento extractivo como es la Ley del Cambio Climático por la que se cerraron las minas.
La minería se ha ido para no volver, y con ella años de gloria económica para la provincia, pero también de grandes tragedias, como las muertes de muchos trabajadores, de desastres ecológicos con los cielos abiertos, y de grandes fraudes que se fraguaron con dinero público con los fondos Miner o con las millonarias subvenciones a las empresas mineras.