Cerrar

Creado:

Actualizado:

La mítica frase de la lucha leonesa, con la que se abre el Montaña-Ribera cada año, parece que se les escapa entre los labios a los máximos dirigentes socialistas. Es curioso. Son los únicos que expresan más o menos en voz alta su deseo de conocer quién encabezará las listas del PP. Soplan a los que quieren secundarles que nadie desea poner la cara en la cabeza de las candidaturas populares por temor a los posibles varapalos.

Candidatos sobran, como siempre. Pero también hay que aceptar que los que saben de política miden siempre la oportunidad para salir al ruedo político. En los populares tienen un buen ejemplo en su líder gallego, un Alberto Núñez Feijóo que optó por guardar la ropa cuando se enfrentaron Pablo Casado y Soraya Saénz de Santamaría, sabedor de que corrían tiempos complicados en las urnas y que tocaba etapa de transición, con un ocupante del despacho de la calle Génova que acabaría muriendo en la orilla por mucho que se afanase en nadar o remar.

Las últimas municipales de León se decidieron por el VAR, con la relectura de actas en la Junta Electoral. Y el sondeo, si cabe aceptarlo como tal, de febrero de este año, dibujó un panorama difuso, con un tsunami leonesista sobre el que caben todos los análisis y quinielas.

Es posible aceptar ‘pulpo’, que los votantes del PSOE afines a José Antonio Diez y su leonesismo quisieron castigar al aparato del partido con la papeleta auténticamente localista. Pero se enmaraña el argumento cuando se observa el gran listado de municipios con victoria de UPL, que van desde Maraña, a Riego de la Vega o Castrocontrigo.

El pobre balance de los alcaldes de los grandes municipios no ayuda a facilitarles esa clamor popular que algunos quieren detectar. Más allá de obras puntuales, el boletín de ‘notas’ de tres años y medio en los temas de enjundia —probablemente sobre los que no deciden pero sí deben pelear en Madrid con un Gobierno afín— es paupérrimo. No hace falta un recordatorio sobre las grietas abiertas y las dudas que planean mirando al futuro en León, Ponferrada o San Andrés del Rabanedo, desangrándose cada día que pasa sin alternativas de futuro, sin infraestructuras, ni proyectos ilusionantes... Baste con ver el trampantojo de la Ciuden dando el cante organizando conciertos...

¿Hay quién luche? O me calzo... Dice desafiante el primer luchador...