Editorial | La encrucijada de las pedanías
La figura de las juntas vecinales tiene un valor incuestionable desde muy diferentes planos. Forma parte del legado de un mundo rural que lamentablemente se extingue. Por ello, se está generando una doble realidad. Por una parte, la de los pueblos que sí mantienen su vigor y consiguen hacer realidad que las pedanías sean un ejemplo de democracia participativa y gestión cercana a los vecinos. Pero, por otra, también hay localidades que víctima del éxodo rural son hoy teledirigidas desde las ciudades generando todo tipo de conflictos. Resulta interesante el preservar este figura, aunque para ello, habría que limitar los abusos. El presidente de la Diputación, Eduardo Moran, quiere que entren en el Estatuto Básico de los Pequeños Municipios. La idea es positiva para poder reforzarlas.