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Acualquiera —¿a cualquiera?— le puede ocurrir confundir en un acto oficial, celebrado en Nairobi, a Kenia con Senegal. O liarse con el título de un libro de Orwell sobradamente conocido. Pero cuando estas cosas les ocurren a los dos políticos más destacados del momento solo cabe una conclusión: van demasiado apresurados.

No quisiera dar demasiada importancia a lo que podría considerarse anecdótico: a quién no le ha ocurrido una confusión, quién no ha dado un traspiés verbal que le ha sumido en un momentáneo ridículo. Lo que ocurre es que las precipitaciones con anécdota a veces tienen consecuencias. No porque se enfade el presidente keniata —o el senegalés— o porque las cenizas orwellianas se remuevan en su tumba, sino porque, a veces, la irreflexión derivada de las muchas prisas y de las excesivas ocupaciones derivan en reacciones indeseadas. Así ha ocurrido que la ministra de Hacienda y ‘números dos’ del PSOE, doña María Jesús Montero, se apresuró a anunciar la próxima reforma del delito de sedición, causando que, en una decisión tal vez también demasiado visceral y dictada por influencias poco moderadas, el líder de la oposición telefonease al avión en el que Pedro Sánchez abandonaba Pretoria para anunciarle la suspensión ‘sine die’ de las negociaciones para renovar el poder judicial. No se reanudarán, le dijo Feijóo al presidente, hasta que se garantice que no habrá reforma del Código Penal en el delito de sedición.

Pienso que hay que reiterar la denuncia del error de haber designado nada menos que a la ministra de Hacienda, con la que está cayendo, como responsable simultáneamente de manejar el PSOE como vicesecretaria general.

Me dicen, para añadir agravantes al asunto que comento, que los organizadores del acto de este sábado en Sevilla, conmemorando los cuarenta años de la victoria socialista de Felipe González, simplemente ‘olvidaron’ invitar a Alfonso Guerra, nada menos que el otro integrante, con González, de aquella’ foto del Palace’. Me parece la versión más edulcorada de una pifia que, no por menor, deja de tener un hondo significado: el PSOE, que es el partido que sustenta al Gobierno, necesita gente que lo pilote con dedicación exclusiva, con tiempo para meditar los pasos que vayan a darse, y con eficacia.