Editorial | Tres décadas de espera por el agua
El retraso en la ejecución de las obras públicas es lamentablemente muy frecuente. Pero pocas alcanzan un nivel de torpeza como el que se ha podido comprobar con el paso del tiempo en la presa de Villagatón. Han pasado más de tres décadas desde que en el año 1991 comenzaron las obras para construir el dique. Tres años después se concluyeron los trabajos de esta infraestructura imprescindible para conseguir un mejor aprovechamiento del agua, que debía llegar los regantes de la zona del Tuerto. Pero desde entonces se han sucedido todo tipo de conflictos y de desatinos hasta llegar al día de hoy. En estos momentos todo está trabado por la necesidad de que se elabore un Plan de Emergencia, que es un requisito legal cuando se trata de una presa de estas características, con una localidad próxima al dique. Ahora deberán correr plazos legales para licitar, contratar y poner en marcha las medidas correctoras de seguridad. Pero habrá que felicitarse por este nuevo paso para aprovechar una fuerte inversión hecha con dinero de todos.