Editorial | Santa Bárbara, por tradición... y futuro
La provincia sin minería del carbón sigue honrando a Santa Bárbara con la devoción heredada de décadas. Con el regusto del mineral aún fresco en muchos leoneses, y el recuerdo a tantos otros miles que pasaron parte de su vida en la oscuridad de lo que fue el oro negro para León.
La minería (y el carbón no es la única que tiene la provincia) no puede olvidar el pasado, pero tiene que esforzarse sobre todo en labrar su futuro. Es una lástima que el pulso reivindicativo de las cuencas en otros tiempos se haya apagado en un peligroso silencio. A las comarcas mineras hay que pagarles una deuda que está recogida en convenios y presupuestos, que no se ejecuta y que nadie exige. Como no se reclaman otros proyectos que en su día se vendieron con grandiosidad para hacer de la experiencia minera una fuente de actividad y empleo para el futuro. El silencio de las cuencas es una claudicación de los derechos ganados a fuerza de sudor que no tiene explicación. El silencio político es aún menos justificable.