Editorial | Bienestar animal, que no calma
Parece que tras muchos vaivenes consecuencia de desencuentros en el seno del Gobierno central, la Ley de Bienestar Animal ha superado los obstáculos que se ha encontrado en su tramitación aunque con sensibles diferencias sobre los objetivos que en un primer momento se marcó. La exclusión de los perros de caza y de los perros de trabajo, como los pastores, ha sido rematada por el PSOE con el apoyo entusiasta del PP, Vox y los partidos regionalistas. Es un avance positivo que tranquiliza los ánimos de cazadores, ganaderos y criadores de mastines pero hay otros puntos de la norma que han sido duramente criticados. Nadie queda contento con esta polémica legislación. Ni sus impulsores, ni el resto de las formaciones políticas que siguen vertiendo críticas contra ella por numerosos aspectos. Ni, por supuesto los veterinarios, que creen que el espíritu de la norma está equivocado en su misma base.