Editorial | El legado de la minería

La Consejería de Cultura da marcha atrás en su decisión de declarar Bien de Interés Cultural las torres de refrigeración y las chimeneas de la central térmica de Compostilla y con ello se frustra el intento de salvar para el patrimonio industrial uno de los símbolos más significativos de la época minera del Bierzo. El coste de reparar y mantener en pie las instalaciones ha sido valorado en 20 millones de euros para los próximos 25 años, demasiado esfuerzo económico en aras de la «eficiencia de los recursos públicos». Sin entrar a valorar si es o no oportuna la decisión, para la que indudablemente hay razones a favor y en contra, sí es necesario apuntar que precisamente el Gobierno central, a través del Ministerio para la Transición Ecológica, considera que salvaguardar el patrimonio minero es esencial en la hoja de ruta de la transición justa en León. Al parecer, no siempre.