Lo que oscuro nació
Lo de comprar con dinero público el teatro Emperador fue todo un trágala imperial cuando imperaba Zapatero y aquí lo doméstico se vestía de emperatriz imperiosa exigiéndole gestos y gastos que, a falta de pan que matara el hambre patente, buenas tortas fueron para entretener las ganas. Pero ni se trataba de un teatro histórico o singular como se dijo y se dice (sólo cincuenta años tenía su falsete de escayola y su pretencioso lamparón vienés), ni ese teatro valía lo que se pagó por él, ni la ciudad estaba urgida de ese nuevo espacio de exhibiciones, ni serviría para usos actuales por faltarle fondo, backstage, camerinos y almacén... ni cumpliría las esperanzas culturales propias, pues cabe pensar que siendo otro escaparate de espectáculos y eventos, serán artistas y compañías de lejos los que vendrán a copar los carteles cobrando honorarios y cachés con dineros que se fugarían de aquí a cambio de una contemplación efímera de la función (ponle dos horas y sanseacabó), quedándose los oriundos en su simple papel de mirones... y paganos.
Pero se orquestó entonces un lloriqueo general nostálgico para envolver mejor la venta de un cadáver privado al ministerio de Cultura y así no perder lo que llamaban «seña histórica de identidad cultural de la ciudad», una venta con precio tan exagerado, que cuando después se intentó vender, se demostró que no valía ni un tercio de lo que se pagó al no aparecer ni un solo comprador atrevido al disparate. Y ahora vuelve la necia burra a ese trigo verde trabándose un nuevo peloteo entre instituciones que se apellidan Andana al intentar fijarse quiénes habrán de poner ahí los cuartos (a capítulo llaman al ministerio, ayuntamiento, diputación y junta) y lo más peliagudo, ¿qué se va a meter ahí, de qué contenidos se habla?, ¿qué criterios primarán en las contrataciones de telares culturales?, ¿a cargo de quién correrá el sostén y mantenimiento?, ¿y quién tendrá la mano -y el dedo sobre todo- en la creación y contratación de la plantilla pertinente, la impertinente y todo lo demás?... Ojo: Lo que oscuro nace a lo oscuro tiende.