Editorial | Una maraña de competencias
La montaña se cierne sobre Puente Domingo Flórez y no sólo amenaza a sus infraestructuras, sino a vehículos y personas que circulan por una carretera en riesgo. Que es además la que comunica con las explotaciones pizarreras, la industria de la zona.
Un problema que se produce ya desde hace años y que está agravándose, mientras las distintas administraciones se enredan en esquivar responsabilidades al amparo de qué parte del problema es de su competencia y cuál no. Una disputa especialmente estéril y sangrante si se tiene en cuenta que la solución al deterioro no resulta especialmente cara para el erario público (unos 200.000 euros, que hubieran sido bastante menos si se hubiera intervenido a tiempo) ni compleja desde el punto de vista técnico. Se impone un esfuerzo común por buscar una solución antes de que el problema se agrave o haya que lamentar daños irreparables.