Que viva Manolo
Un buen lanzador olímpico nunca deja de lanzar, ni siquiera cuando se retira. Manuel Martínez ha lanzado una preciosa canción. Y vendrán más. Me lo contó alrededor de un café, en el Campus. Empeñado en realizarse en cuantas inquietudes le pida el cuerpazo, acaba de presentar su nuevo proyecto Tribu Touca, con un tema musical que es una declaración: Que viva la gente. En su letra proclama: «Que viva la gente de buen corazón (…) Que viva la gente con ganas de amar (…) Que viva la gente que tiene valor». El tema está destinado a corearse en todas las fiestas de nuestra tierra y allí donde haya dinamismo… pues su pegadiza melodía tiene mucho de himno vital, tan necesario en estos tiempos heridos. Campeón olímpico, entrenador, pinta y escribe, actúa y dirige, siempre comprometido… y canta. Con vídeo y producción musical de Vega y de Álvarez, la canción está destinada a sonar en móviles, ordenadores y tabletas. En su día, será disco con 15 temas, reflejo de sus inquietudes más personales. Lo de Manolo es lanzar y lanzarse. Recuerdo que hace años me dijo por la calle: «¡Me encantaría hacer comedia!». Y poco después mostró su excelente vis cómica en La casa sobre ruedas, en 8 Televisión. La letra de Que viva la gente es ingenua solo en apariencia, pues hoy en medio de tanto dolor y desconsuelo contiene ecos de alegría épica, que nada tienen de escapismo, sino de manifiesto de fraternidad. Lo sencillo es el más difícil de los espejismos, le dije. Lo he escrito en otras columnas, Manolo por sí solo es un Renacimiento. Su optimismo está lleno de sentido, pues casi nada en el mundo invita a tenerlo. Es un Quijote, pero él no está loco.
Rodará mañana un corto en Villadangos del Páramo, su pueblín. Será una versión libre de uno de los pasajes más célebres de El Principito , con el título de La baronesa y el vagabundo , junto a la lanzadora de disco Sabina Asenjo. Y todo esto te lo cuenta con humildad.
Que viva Manolo, cantamos nosotros. Es un gran ejemplo para nuestra juventud y para quienes dejamos de ser jóvenes en el «largo y tortuoso camino». Vivan las canciones que nos ayudan a resistir. Tres hurras por nuestro gigante y su Renacimiento. Escúchenla. El buen corazón siempre lanza más lejos.