El pulso sindical minero no late en el juicio

Lo que pasó en el Pozo Emilio del Valle el 28 de octubre de 2013, si hay responsables o no y cómo deben pagar por ello en su caso es algo que tendrá que decidir, y no es fácil, el Juzgado de lo Penal 2. Lo que ya no necesita juicio, porque ha sido evidente incluso en las primeras jornadas del proceso, las más mediáticas (si este hecho no es aún más doloroso para las familias), es que todo el músculo sindical y corporativista que durante décadas lució la minería es hoy pura filfa. Ni están ni se les esperaba. De manera incomprensible, las familias de las víctimas (no sólo las mortales) han tiritado estos días en las puertas de los juzgados. No sólo de frío. Nadie pide que prejuzguen el caso. Pero ¿dónde está el abrazo sindical a las víctimas de Tabliza? Una ausencia inexplicable.