Editorial | La complejidad de enjuiciar los incendios
Las estadísticas prueban la singular complejidad que plantea la respuesta al grave problema que suponen los incendios forestales desde un punto de vista legal. Los datos registran cientos de fuegos cada año, pero las denuncias, detenciones y las resoluciones judiciales son mínimas. Y no es cuestión de que se escatimen medios o de que no se actúe con el máximo rigor e interés posible. El conflicto es que el propio fuego devora literalmente las posibles pruebas físicas. Y a la hora de conseguir testimonios, las cosas se complican en grado extremo. Las fuerzas policiales siempre han sido muy críticas hacia esa ‘ley del silencio’ que encubre muchos sucesos del mundo rural, y de manera especial los detalles de los incendios. En un lugar pequeño, donde todos se conocen, lamentablemente se aplica el criterio de ‘para qué me voy a complicar las cosas’. En el fuego de La Cabrera de 2017, que ahora se enjuicia, la Guardia Civil tuvo que emplearse a fondo. Incluso con escuchas telefónicas. En este episodio asoman demasiadas miserias humanas...
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