Editorial | Gastar mejor también en la ULE

El conflicto generado por las facturas energéticas totalmente disparadas también afecta al dinero público. Más allá del inmenso perjuicio generado a familias y empresas, las instituciones y entidades pagan hoy unos costes por la luz o la calefacción que nada tienen que ver con las que les giraban no hace tanto tiempo. Por eso, resulta plausible el que se pongan manos a la obra sin mayor dilación para rebajar costes en este tipo de asuntos que no tienen una productividad real para sus asuntos fundamentales. La Universidad de León está sufriendo unas facturas por las necesidades energéticas con números que son el doble que los de 2022. Su plan para aprovechar la energía solar en los edificios ya está concretado y se ‘encenderá’ en el próximo mes de mayo. Un centro de enseñanza superior debe esforzarse en gastar lo mejor posible. Con recursos siempre insuficientes hay que esforzarse para optimizarlos.