Editorial | Parlamentarismo arruinado

En una Democracia, el Parlamento es el pilar fundamental que encauza la voluntad popular, que reside en la soberanía que se ejerce a través del voto. Ayer era un día de actividad institucional en las Cortes de Castilla y León, y parece que triunfan los que buscan que tenga un ambiente irrespirable. Esa tensión elevada a máximos acaba por invadir incluso tiempos como el de ayer, que deben servir de modelo para mostrar la capacidad que deben tener los partidos políticos para debatir sobre todas las ideas buscando el bien común. Lo cierto es que la llegada de los partidos extremistas ha generado un problema en la política española, al exacerbar la actitud de los que hasta ahora eran moderados, hasta el punto de pudrir toda la ‘cesta de manzanas’. En Democracia el respeto es una pauta de trabajo irrenunciable. Hacia todas las ideas. Probablemente existe un déficit de tolerancia en quienes no escuchan a los que piensan distinto y están en el Parlamento avalados por votos.