Editorial | Herramientas contra la agresión sexual
Un tercio de las agresiones sexuales que se producen en los últimos tiempos implican sumisión química, es decir, las víctimas han sido drogadas sin saberlo para anular su voluntad y capacidad de defensa. Sin embargo, hasta ahora ha sido muy difícil demostrar este hecho judicialmente, tanto por falta de herramientas biológicas en manos de los médicos para justificar la presencia de sustancias en las víctimas (que desaparecen pasadas unas horas), como por falta de concienciación de las afectadas a la hora de acudir a tiempo a profesionales, y sobre todo saber preservar las pruebas que permitan encausar a los agresores y violadores. Los forenses leoneses cuentan ya con una nueva generación de herramientas capaces de detectar y defender judicialmente estas pruebas. Son las primeras que llegan, habrá más. Instruir a las posibles víctimas en el protocolo a seguir es necesario para que todos estos esfuerzos consigan sus objetivos, y frenen la creciente ola de violencia de género. Las herramientas forenses son el arma más necesaria para atrapar a los agresores sin permitir resquicios intolerables. Hay que seguir avanzando.