Diario de León

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Todo vale contra Feijóo. Hasta el reproche por una moción de censura presentada por otro partido y de la que el presidente del PP no quiere saber nada. El «todo vale» contra el líder de la oposición es la consigna en boca de cuantos dirigentes socialistas saltan a la palestra.

Se diría que es síntoma de nerviosismo o la preocupación que les alcanza vistos los sondeos de intención de voto que, con la excepción del CIS que cocina Tezanos, sitúan al Partido Popular muy por delante del PSOE. Estamos a 90 días de unas elecciones que se van configurando como una suerte de primera vuelta respecto de las legislativas que en principio se celebrarán en diciembre. El nerviosismo que delatan las extemporáneas críticas a Feijóo se explica porque, por decirlo con palabra ajena: el futuro ya no es lo que era. Los hechos son tenaces y el futuro previsto por Pedro Sánchez se ha visto trastocado. La previsión era que con el cambio de año quedarían atrás las críticas de la oposición tras los indultos y el arreón legislativo que modificó el Código Penal para rebajar la malversación y suprimir el delito de sedición a petición de los golpistas del ‘procés’. Año nuevo, vida nueva. En la hoja de ruta de Sánchez se contaba con un primer semestre tranquilo hasta llegar al 28 de mayo y en el segundo semestre navegación a velocidad de crucero con los focos de la televisión encendidos día y noche con la presidencia de la Unión Europea que corresponde a España. Sánchez, día tras día abriendo los telediarios. Todo encajaba.

Todo menos lo que pasa cuando uno hace planes sin contar con la realidad. Y en los planes del presidente no estaba previsto el río de excarcelaciones de agresores sexuales y las rebajas de penas. Un escándalo mayúsculo ante el que sorprende la contumacia de la ministra de Igualdad negándose a reformar la ley. Por no hablar de otro más reciente: el caso del Tito Berni, el diputado socialista canario forzado a renunciar a su acta al trascender que estaba siendo investigado por corrupción.

¿Cómo hacer frente a este escenario potencialmente abrasador en términos electorales? La repuesta es de manual: atacando. Atacar, ¿a quién? ¿A la ministra de Igualdad que se niega a modificar su ley del solo ‘sí es sí’? ¿A Santiago Abascal y a Ramón Tamames que le han plantado a Sánchez una moción de censura? No. A quien hay que atacar es a Feijóo. Debe ser que en las encuestas que manejan en La Moncloa el PP está que se sale. De ahí el «todo vale» contra Feijóo.

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