Follador o pajillero
La paradoja del follador o pajillero enmarca el debate que ha subido el nivel nacional en las últimas semanas hasta derivar el protagonismo del Hola al Diccionario panhispánico de dudas. «He tenido sexo solo tres horas esta noche», así, sin más, se exhibe como el argumento más socorrido para quienes defendemos con nuestra insurrección la honra de aquella tilde que los académicos desahuciaron de la primera vocal del adverbio para condenarlo a la indeterminación. Huérfana de la virgulilla, la palabra quedaba indefinida, un poco no binaria como se vende ahora, a la espera de resolver si la velada sólo duró 180 minutos, poco para la supuesta capacidad sexual del sátiro, o se trató de un maratón de masturbación promovido por la secretaría de Estado de Igualdad. No hay quién se aclare. Menos mal que la Real Academia Española ha liberado al acento ortográfico de su condena, «en contextos donde, a juicio del que escribe, su uso entrañe riesgo de ambigüedad».
Un día antes de la sentencia, el alcalde de León presentó el lema de su campaña electoral: Solo León. «Que esperemos se convierta en León solo», redondeó para hacer negocio de la ambigüedad en la que pretende sustentar sus resultados. Pero, como ha hecho desde aquella moción para reclamar la Autonomía Leonesa, a la que le forzó la UPL, José Antonio Diez escondió que para promover la salida de la comunidad sólo podría hacerlo fuera del PSOE. Dentro, los socialistas defienden la «vertebración» de Castilla y León, como aprobaron en la ponencia marco de su último congreso provincial. En ese foro, el regidor de la capital evitó siquiera dar la batalla, pese al centenar de compañeros de otros ayuntamientos menores que se habían sumado a la reivindicación, y dobló la cerviz. Su defensa de León sólo se ha quedado en estos tres años y medio en gestos para la galería, sin ningún paso orgánico, ni administrativo, ni efectivo. Diez, que hace apenas 5 años meditaba ir en la lista a las Cortes autonómicas porque no tenía esperanza en el Ayuntamiento, sabe que le renta más venderse «solo», fuera del contexto de las siglas socialistas que esconde en su imagen electoral. Sólo le queda León, donde los suyos toleran que se venda solo porque todo suma en la caja de la Diputación. S e trata de un teatrillo sólo . Nunca le agradeceremos lo suficiente a la academia que nos devolviera la tilde para desenmascarar a quien quiere pasar por follador quien solo/sólo se la menea.