Un geriátrico laboral
¿Cómo se resuelve el problema de las pensiones? Con mucha gente trabajando. Cuanto más gente trabaje, más se llenará la hucha. Parece de perogrullo. Eso es lo que dicta una lógica que parece tan inocente que resulta irreal. He leído informes en los que los expertos en finanzas recomiendan ajustar la esperanza de vida al cálculo de las pensiones, ‘convencer’ a los autónomos de que aumenten su esfuerzo contributivo, cuentas nocionales (ajustar la pensión a lo cotizado individualmente y la esperanza de vida en el momento de la jubilación), incentivar a los empresarios para que realicen más aportaciones, planes de pensiones individuales, mochilas austriacas, subir las aportaciones de los que más tienen, y lo que parece que es la primera opción para todos los gobiernos, aumentar la edad de jubilación y los años de cotización. ¿Y qué pasa con el empleo? Sobran trabajadores. Todos a la calle.
Los franceses —algunas agencias informativas señalan a los ‘antisistema’ como los causantes del pulso violento— se enfrentan al gobierno de Emmanuel Macron por un decretazo que sube la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. Dicho así parece que no es para armar tanto jaleo, aunque el decreto de Macron también amplía de 41 a 43 los años que un trabajador tiene que cotizar para cobrar el 100% de la pensión. CUARENTA Y TRES AÑOS. Eso significa que para jubilarse a los 65, los franceses tienen que empezar a trabajar a los 22 años. Según un informe realizado por las empresas de trabajo temporal, los españoles tardan una media de 11,6 meses en encontrar un empleo y los menores de 25 años tardan 9 meses. Basta sumar para darse cuenta de que el mercado laboral se convierte en un círculo cerrado envejecido que se blinda para no dejar entrar a los más jóvenes. En España, los años de cotización subirán a los 38,6 años en 2027. No estamos tan lejos de los franceses.
Parece que la principal apuesta es tener a la gente más tiempo trabajando, en un mercado laboral que se blinda a la gente joven, formada, con nuevas ideas, que llega con ganas para aportar valor añadido a la economía.
En diez años España —y León por descontado— será un geriátrico. Y lo será porque así se está diseñando con políticas en las que las oportunidades para los más jóvenes sólo están escritas en los discursos.
Este año 2023 va a ser más duro para la economía mundial que los anteriores. Así lo advirtió la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y lo atribuye a la desaceleración de tres grandes economías: Estados Unidos, Unión Europea y China. Y es el área tecnológica la que más despidos acumula, un campo que siempre se ha visto como el salvador de la economía. No vamos por el buen camino.