La más honda verdad
Somos fechas que caminan. Víctor García de la Concha, el prestigioso filólogo, exdirector de la Real Academia y del Instituto Cervantes, acaba de publicar Grandes páginas de la literatura española (Espasa). No es un libro suyo más, este tiene doble auctoritas : saber y edad. Don Víctor nació en Villaviciosa, en enero de 1934. Y esos son muchos inviernos. Sin embargo, la obra rebosa juventud, como portadora del conocimiento de la belleza. La selección empieza con el Mio Cid y termina con Corazón tan blanco, de Marías. Cada texto lleva un comentario que lo ilumina. Poesía, prosa, epístolas, ensayo y teatro. Don Víctor es viudo de leonesa, y cuando me cruzo con sus familiares siempre me intereso por él. Le ha sido inevitable dejar fuera a autores, pero estas páginas no son ranking sino palomas mensajeras. Es la literatura la que importa, aunque celebro que haya incluido a Lope de Rueda y a Guevara, que hicieron reír a Cervantes. Selecciona el poema Lo que no es sueño, de Claudio Rodríguez: «Déjame que con vieja/ sabiduría, diga: a pesar, a pesar/ de todos los pesares/ y aunque sea muy dolorosa y aunque /sea a veces inmunda, siempre, siempre/ la más honda verdad es la alegría». Los lectores percibimos en cada fragmento la proclamación vital de cada autor, pero también la del antólogo y la nuestra. Lo mismo no significa lo mismo escrito o leído en una edad que en otra.
Le escribo al gran crítico y filólogo Víctor Fuentes para recomendarle el libro. Lo acaba de leer y me lo elogia. García de la Concha le incluyó en el 7º volumen de Historia y Critica de la Literaria Española (1984). Este otro Víctor, recién admitido en la hermandad de los nonagenarios, tiene concluida una antología de poesías escritas en la ancianidad por grandes escritores en nuestra lengua, que él extiende a Hispanoamérica. El mayor de mis amigos es también el más joven, ¿no es misteriosa la edad?
En la introducción, García de la Concha nos informa: «Unida en letras y en vida, fue Ana, mi llorada esposa, quien concibió su trazado». Raspa un poco en una vida y salen una historia de amor y una familia. Claudio Rodríguez tenía razón en su verso de juventud: «la más honda verdad es la alegría». Todo lo demás es tiempo.