La fina línea entre indulto e insulto

Tiene a bien el color político que domina el arco iris parlamentario (nunca más a cuento) hacer gala de mano izquierda con el cautivo por las penas de la vida, que todo el mundo merece una segunda oportunidad, que la misión fundamental de la filosofía penitenciaria es la reinserción social, que to er mundo e’ güeno.

Menos cuando anda la Semana Santa de por medio. Ya el año pasado costó un triunfo reeditar el Acto del Perdón ante el Locus Apellationis porque la autoridad competente está en contra de las alegrías penitenciarias populares que cargan con la cruz al hombro. Ahí no son bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque para ellos no es el reino de los cielos.

Tiene pinta de que solo un milagro puede volver a obrar el sortilegio. De no ser así, Dios proveerá. Y la dirección de Villahierro también, que más de una vez ha tenido que arrimar el hombro sin pujar. 

En estas vive el barrio ferroviario de la capital, que hoy cruza el Rubicón del ensanche y vuelve a casa por Ordoño II y la ampliación de la parte nueva. San Francisco de la Vega recibe esta noche a los héroes del Martes Santo.

Será después de que tres Marías salgan por la puerta de Santa Nonia. Angustias y La Soledad ceden brillo hoy a la Virgen de las Lágrimas. Miñarro la ha dejado resplandeciente.

La Expiración propone otra perla en Capuchinos. Es el tradicional calvario leonés cantado. Es un Vía Crucis al Cristo de la Expiración.

Advertencia: a medianoche ya habrá pasado tanta Semana Santa como la que queda. Ojito.