Editorial | Un sistema que esté preparado
El modo de vida y los hábitos a menudo poco recomendables de la sociedad actual inciden de forma directa en la salud de los ciudadanos, pero es el imparable aumento de la esperanza de vida lo que más tensiona los sistemas sanitarios que tienen que dar respuesta a la mayor demanda de servicios de una población envejecida y más enferma. De hecho el sistema sanitario actual, gravemente fracturado por la pandemia, se diseñó para atender a pacientes con una esperanza de vida de hasta 70 años, y ya en el momento actual ésta se sitúa en una década más. Con motivo del Día Mundial de la Salud los expertos hacen hincapié en el autocuidado como fórmula para garantizar una vejez mejor. Lo que es urgente es adaptar la sanidad pública no sólo a las necesidades actuales, sino a las que se avecinan. Prevención, también en la gestión.