Capilla del Cristo de la Victoria
A finales del siglo XV se levantó una Capilla en la entonces calle San Marcelo, para albergar los restos del Santo traídos a León por Fernando el Católico, que fue demolida en 1883 cuando se reformaron las alineaciones de la actual Calle Ancha, quedando a disposición del Obispado un «minúsculo retal» sobre el cual Demetrio de los Ríos proyectó, en 1884, esta Capilla del Cristo de la Victoria. Disputas entre Ayuntamiento y Obispado, y problemas de financiación, retrasaron el impulso de las obras a 1893, cuando el arquitecto ya había fallecido. La historiografía local asignó la dirección de las mismas a Juan Crisóstomo Torbado. De los Ríos había concebido una capilla neorrománica, de sillería, con mínima nave rectangular paralela a la calle, cubierta por bóvedas de arista entre arcos fajones de medio punto apoyados en columnillas empotradas sobre ménsulas. Dispuso una fachada de proporción aurea, simétrica, en dos cuerpos; el inferior cuadrado con dos nichos escoltando una portada abocinada con vano de dintel y mochetas decoradas, flanqueado por columnas pareadas de basas áticas, fustes cilíndricos y capiteles vegetales, unidos por ábaco del mismo estilo a modo de imposta, de la que arrancan arquivoltas de medio círculo con decoración geométrica —dientes de sierra, discos y doble zigzag entre baquetones—, bajo chambrana de follaje serpenteante. En el tímpano, una lápida recuerda a Marcelo entre puntas de diamante. Otra imposta labrada da paso al segundo cuerpo, también áureo, con tres vanos de medio punto cerrados por vidrieras, a modo de claristorio enmarcado por columnillas talladas y arcos moldurados, bajo la robusta cornisa con modillones de rollos escalonados que remata una bella composición, culminada por la espadaña con «la campana de la seña»… La misma historiografía ha venido afirmando que De los Ríos se inspiró en el Románico isidoriano para trazar esta magnífica Capilla… tal vez harto del Gótico catedralicio motivo de sus preocupaciones diarias… ¡Puro Medievalismo decimonónico!... Y una joya del Eclecticismo Historicista leonés.