Editorial | Varapalo a Ramón por la falta de expectativas para los ponferradinos
A excepción, lógicamente, de los votantes socialistas, entre los que a pesar de la corriente a favor ideológica cosecha un notable descontento (el rechazo del 20% de los seguidores del PSOE), la gestión del alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, durante los últimos cuatro años recibe un varapalo sin paliativos a la hora de ser valorada por los ponferradinos. Llama la atención el descontento de los seguidores de Coalición por el Bierzo, con los que Ramón ha gobernado. Más del 90% suspende su trabajo al frente de la política municipal de la capital del Bierzo, según la encuesta realizada por Celeste-Tel para Diario de León. Que desvela que más de la mitad de los vecinos considera mala o muy mala la labor del regidor.
Una gestión que no ha sabido poner freno ni ofrecer alternativas a uno de los grandes lastres que sufre Ponferrada, y que se ha agudizado en los últimos años: la falta de expectativas laborales y de vida. Lo que se traduce en la visión especialmente crítica de las políticas desarrolladas en este tiempo por parte de los votantes de entre 31 y 44 años, aquellos que tienen en el empleo una urgencia vital y que ven cómo la economía local naufraga sin que se planteen opciones viables que sustituyan a los motores económicos de décadas anteriores, hace años ya agotados. Ni política industrial ni captación de nuevos proyectos inversores ni apuesta clara por un sector capaz de dinamizar la actividad ni el empleo centran una de las líneas en las que mayor desapego cosecha el balance de Olegario Ramón.
Una situación que preocupa también a los más jóvenes, que tampoco ven propuestas atractivas en la tarea desarrollada por los concejales de menor edad del equipo municipal que ahora agota su mandato. Llama la atención que sean los mayores de 65 años, ya con su vida resuelta, los que vean con mejores ojos las políticas desarrolladas.
Así las cosas, desempolvar a última hora un aluvión de obras en la ciudad parece pobre apuesta para revalidar un triunfo en la próxima cita con las urnas. A la que Ramón llega también con la polémica de la aplicación de una Zona de Bajas Emisiones que aún tiene que pasar el trámite del Pleno, y que supondrá un duro golpe para el comercio local.