... ¡que es concejal!
Yes fatu les pelotes, rapaz (le diría un testigo asturiano), yes bobu, yes farrucu, yes un piolín cagau (¡Merche, llama a mi madre!, clamaba el insolente que acabó en el calabozo) y yes un grandón, algo prohibíu como establecía aquel chigre riosellanu con una cartela bien clara en su pared: Prohíbese cantar, blasfemar y ser grandón .
Ese concejal de Cultura del untamiento de Villafranca del Bierzo lo es y, además, se encargó de parecerlo en puro alarde cuando la Guardia Civil entró en el bar donde estaba por sobrepasar el límite de cierre. Hubo lío dentro. Y en un vídeo que grabó fuera un amigo de los que hicieron coro de ánimo y auxilio -también grandones y sujetos a prohibición- ha paseado a su villa por toda España para vergonzante escojonación nacional. ¡Qué aires del amiguete increpando a la pareja de civiles que intentaban en vano el arresto!... ¡estáis quedando como el orto!, ¡que es concejal!... ¡se os va a caer el pelo!... ¡Juan, tranquilo, deja que abusen de su poder!... ¡Juanín, rey, no te preocupes, a esta gente se les cae el pelo!... ¡hijos de puta, que le hacéis daño!... ¡tranquilo, Juan, que está grabao, todo grabadísimo!... ¡eeeh, esa manita, campeón!.... ¡que es concejal, campeones!... Y los guardias, mostrando una serenidad profesional de la que quizá no fuéramos capaces viéndonos en tal situación acosados por esa imbecilidad amiga. De esta forma, un incidente que no hubiera pasado de lo local logró hacerse internacional viral. Y a la cuneta del bochorno humillante se fue Villafranca. Gracias, campeón, rey, majete, buen amigo. Te retrataste. ¿Cómo te lo deberían agradecer o premiar?...
Y recordé así el viejo incidente de uno que también sacó a lucir su cargo exigiendo impunidad. Cenó y se enjarrilló en Donosti. Detuvo su coche la ertzaina y asustó al soplímetro. Les advierto que soy delegado de Educación en León, le dijo a un ertzaina (ya ves, un amigo de España que se esgüevó). Buena la hizo. Noche de calabozo. Al día siguiente me llamó urgido para embargar la noticia que jamás habría llegado aquí o se hubiera sabido, pero le agradecí la información. Y así se supo.