Rogativa y negativa
Pasean ya a los santos por los campos de la secura confiando en que sus lágrimas mojen algo el terrón hecho adobe... sacarán Vírgenes a paso rogado para mostrarles el surco yermo pidiendo clemencia al Cielo en un año ya medio perdido y «a punto de joerze cazi der to», dice en la tele un agricultor de Güerva o de tanto lugar donde no dejan de oírse temores y clamores, lugares lejanos, cercanos y aquí mismo: ¡que viene la gran sequía!, ¡que el verano de brasas se planta en mayo!, ¡que viene el clima loco y cambiao!... ¡que viene el lobo!... y sonarán en los mares de espigas abortadas por el sol las letanías lastimeras de gentes revestidas de procesión cofrade y clérigos con capa pluvial o estola en bandolera echando rezos con megáfono... y detrás, el pueblo desfilando, mayormente ellas, que trinando avemarías van llenando el silencio de las alondras y codornices que dejaron de cantar en su trigal seco (o secado) y avisado de tragedia agraria... vengan rogativas ad petendam pluviam, vengan aguaceros... ¡al santo rogando y con la matraca dando!... además, las rogativas alivian síndromes de abstinencia de tanta cofradía reinventada (son nexo social, se dice, més que un club), metiéndoles ganas de repetir la tropa procesionante de las recientes Semanasantas que rompieron el techo de la pandemia a base de tamborrada... mucha rogativa se espera, los desesperados son muchos, y la España mágica y milagrera reburdia o susurra ahí... pero entonces la sordera de los cielos (empeñaos si queréis, pero de llover no está, les dijo el cura que tiene en el móvil la aplicación de la Aemet) hará resucitar también en algún caso otra vieja tradición en los pueblos desoídos donde, fracasada la rogativa, se absolvía el raptar los mozos de noche al san Roque de palo, a santa Elvira y hasta la Virgen de los Carrizales, acabando en el pilón de la plaza a la espera de ver si con el susto y el resfrión estornudaban nubes y se les encapotaba el cielo de una vez meándoles en reventón (esto del pilón tampoco funcionaría hoy como plan B, pero le darían una alegría a la España del patrimonio inmaterial).