Empleo, salarios y futuro
El acuerdo salarial entre patronal y sindicatos para los próximos tres años es una buena noticia para todos porque favorece una paz social de la que estamos muy necesitados. Es, también, un balón de oxígeno para un Gobierno muy necesitado de argumentos para enfrentar lo que se les viene encima y una montaña que escalar para la oposición. Y lo han firmado los empresarios, demonizados hasta hace solo unos días por los propios sindicatos y por una buena parte de los ministros y ministras del Gobierno.
Hay también mucho ‘marketing’ en la venta de este acuerdo por parte de la patronal y los sindicatos. Disparar al empresario es un deporte que nunca pasa de moda en la izquierda, es un objetivo prioritario en la extrema izquierda y no siempre encuentra la defensa y el apoyo necesarios en la derecha y el centro derecha.
Hay empresarios que viven en la opulencia, un uno o un dos por ciento, pero la inmensa mayoría, más del noventa por ciento, son emprendedores, pequeños y medianos empresarios para los que mantener viva su empresa y unos márgenes que les permitan vivir razonablemente es una lucha constante. Y muchos se quedan en el camino.
De las grandes economías de la OCDE, España es el país donde más han bajado los salarios reales en 2022. El reparto de ayudas indiscriminadas por parte del Gobierno no favorece a los que tienen salarios más bajos y la falta de medidas fiscales para reducir el impacto de la inflación en los que menos tienen, tampoco.
Sindicatos y patronal harían bien en mirar el futuro del empleo con una visión más amplia. Lo que viene, con la inteligencia artificial como principal amenaza, va a cambiarlo todo en el mundo del trabajo. Quedarse en los salarios, por muy importantes que sean, es quedarse en el pasado.