La ceguera de Ribera
La vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera, sigue dando la espalda a la situación que se vive en las montañas cantábricas por la expansión del lobo, fruto de la elevación del estatus de protección de la especie que ya va a cumplir dos años el próximo septiembre. Tiempo suficiente para hacer balance y no oídos sordos a una realidad que los ganaderos soportan a diario, con las comunidades autónomas despojadas de las competencias y sin poder intervenir. Cantabria, de nuevo, vuelve a intentar recibir autorización para realizar controles poblacionales en varios valles en los que los daños provocados por el cánido son constatables. Pocas esperanzas hay de respuesta del ministerio, como en anteriores ocasiones.