Campaña vintage

«¡Porque los del Betis también se alegran de que el Sevilla haya llegado a la final!». Así estamos. Estaba así entregada la grada popular sevillana en el mítin y al oir eso y se le cortó el aplauso. Tanto a propios como a extraños. Esto a Rajoy no le pasaba. El feijooismo va a llegar, creo. Pero puestos al desbarre, hay también en el otro lado. Como un: venga, quién da más. Ponme otra. Ahí va: «¡Dicen que si hago muchos anuncios...! ¡Nosotros no hacemos anuncios, lo publicamos en el Boletín Oficial del Estado!». O algo así, que hay veces que la literalidad está sobrevalorada. Y se quedó tan Sánchez. No lo vi llegar, que el titular de ayer era para hoy: Pollos sin cabeza. O sea, no me lean siempre por si esto se nos va de las manos. Me dirijo a ustedes como si existieran. Escribo en primera persona... Hay mañanas que son pura osadía. Pero qué broma es esta, que diría Miguel Ángel Aguilar. Yo, que aspiraba a la gloria de Umbral, heme aquí en la glorieta de la Junta, o como se llame. Lo que no es tradición es plagio. La frase es así, no la he inventado yo. Es más, al Krahe lo que es del Krahe, que solo cambié los nombres propios: que en su caso era, entre Cervantes, quedarse en la glorieta de Quevedo. Lo de aquí va de municipales y autonómicas entre nuestros amados líderes. Qué de ego. Oí en una radio que, a veces, en la querida España la negociación es el fracaso. Se llega a ella a través de la derrota. Con lo bien que estaría que fuera al revés. Las elecciones anticipadas deberían tener algo de penalización. Una consumición gratis de democracia real. O sea, de entendimiento. No viene al caso, pero lo pienso. Si uno se atiene a los programas de los partidos, todo va ok, porque no proponen cosas exageradas. Son decentes y luego de izquierdas o de derechas. Hubo un momento histórico en el que se oía mucho esta frase: «Ya no hay ni izquierdas ni de derechas, todo es economía». Cuando se acabó el dinero se acabó la teoría esta y se volvió a la ideología. El caso es que el minuto a minuto de la campaña está siendo acaparado por las estrellas de los partidos. Veo a esa furgoneta de la UPL como único ruido y todo resulta tan vintage...