808 menos
No hay rastro de la campaña en la calle Tres Mitras. Puede que no haya ni pasado, puede que no le haga ni falta. Dice Pepe que es una calle que parece un pueblo. Y algo de eso tiene, cuando lo único que se oye es el mismo silencio de la mañana en los pueblos. Cuando la calle Álvaro López Núñez discurre por delante de Tres Mitras, se calla el ruido de los automóviles. Ese bus que va al Hospital, esa moto de reparto. Un hombre limpia su coche, hay una puerta abierta y la calle está cerca de la Iglesia de Renueva y de la estación de Feve, también al lado de Espacio Vías. Pero nada le pertenece ni lo reclama.
Hay un ambiente pacífico en esta calle sorpresa que casi comunica dos mundos. Otras rúas parecen aspirantes a ser la gran avenida, la gran vía por donde hay que pasar y pasear. O presumir. Y por ellas es por donde algunas veces se ve a los políticos. No es fácil verles. El coche del PP recita el eslogan de turno y el de la UPL, también. Fue lo único que se vio por esas calles céntricas que cuando se suben al progreso empiezan a ser irreconocibles. En ellas viven todos. El primero y el último vecino, que es como se cierra está página llamada Carreteras Secundarias. La cuestión es que entre el primer vecino y el último no haya vecinos de tercera, que eso es lo que finalmente excluye las ilusiones.
Y algo de eso ocurre cuando a León le faltan 808 que sí estaban. En León, leoneses o no, de aquí o de fuera, ahora hay 808 menos. Es el increible León menguante. Ya no están. Y esto no es el Festival de Magia, que uno desaparece en el escenario y aparece en el gallinero. Aquí la broma es que hay menos mientras se venden ambiciosos planes de crecimiento. Para quién serán. León hace mucho que se despidió de lo que no era un sueño: 500.000 habitantes. Pasando de 448.634 a 447.826, de 2022 a este 2023, ya no se trata de ser pesimista cuando las cifras son un ataque de realismo. Tampoco de sumar sino al menos de no restar. ¿Hay alguien ahí al que se le ocurran motivos para que la tendencia cambie? Que se ponga.