Papeleta papona

Devoción de papón. Reverencia al papón. Miedo político al papón. Defensa, piropo y subvención al papón. Aquí eso se vive y se cuece. Ahí se nos va el gasto confiando en réditos hosteleros. Y esto cuaja aquí y acullá, de Málaga a Vigo pasando por Pucela, Zamora o esta ciudad tan levítica en los días penitenciales... y en los otros. Y hoy, dominguito electoral, día de urnas de patas abiertas para joder al otro, se destilan también esos sentimientos, lo de ser cofrades antes que de un partido o de su grada. Todos van de papón este día como lo fueron en campaña. Explícitamente lo confesaban todos los aspirantes a sillona municipal, si es que no lo proclamaban con esa altanería moral de quien tiene a Dios en su bando y a la autoridad de rodillas, la pagana de la fiesta. Porque ojo, al candidato que no defienda al papón, ¡perdigón! (como al obrero y al pichón, que decía un gobernador franquista en Cáceres). El papón es el principal filón de esta mina a calle abierta. Mineritos somos y en el disfraz y la tasca nos encontraremos. Así que la Semana Santa y sus cortejos son tabú intocable. Son industria. Son pasión de apasionarse, pasión de gozar, no de padecer, eso que corresponde a quien no gasta ahí. Y son identidad identitaria, le dicen. Y entonces es cuando a la paponada la convierten en excelsa tradición, en ley de los siglos tridentinos inflada hoy de folklore y hasta dicen que es el vivo retrato de este pueblo, eso de la identidad dicho arriba que tanto mueve a orgullo, picores, defensa y portazo, ¡autonomía y viva mi tía! Así que calle Bach donde sólo gobierna el porrompompón y se desgañita el tararí alentando al bullicio.

Vino esto a que incluso la izquierda que va de más dura hace ahí su cabezada. El candidato de Iu-Podemos lo dejó claro: defender el paponeo identitario; y soy papón, añadió. A título personal, séalo, pero como institución pública y aconfesional parece aberrante ese vestir de papón lo del común. ¿Dónde está esa laicidad de la que alardean?, ¿tanto temen al voto papón haciendo papona su papeleta?, ¿no queda ya ningún laico en León?... qué ilusión.