Casa Teresa Roldán
Marzo de 1945. Francisco Javier Sanz Martínez firma la «Elevación de Cinco Plantas a una Casa» de la Calle Independencia c/v a Legión VII, en parte de un inmueble propiedad de Doña Teresa González Roldán, hasta entonces unos almacenes de una planta, construidos en 1922 por Federico de Ugalde. El proyecto sufrió modificaciones durante las obras, que Sanz dirigió con Rutilio Fernández Llamazares como aparejador. Concibió el nuevo edificio con estructura de hormigón tratando de aprovechar los pilares existentes. Sin sótano. La planta baja para locales comerciales y el portal con escalera y «ascensor eléctrico» en su ojo, para subir a tres niveles de oficinas y a dos plantas más con 4 grandes viviendas —2 por planta— más otra pequeña bajo cubierta. Dispuso los alzados exteriores simétricos y tripartitos. Basamento de dos plantas; la baja con sencilla portada pétrea entre los huecos de las tiendas y la primera revocada con vanos apaisados de marco abocinado y piedra artificial. El cuerpo noble de cuatro plantas; las tres primeras de ladrillo presentan ocho calles de ventanas enmarcadas bajo una cuarta estucada de base escalonada y cruces resaltadas que abre vanos con clave dibujada en balcones de pretil metálico y plataforma semicircular sobre vaso avenerado. Arriba, cornisa con peto sutilmente abalaustrado. Y en los extremos, atractivos cuerpos convexos en voladizo con grandes ventanas, que hacia el chaflán se rematan en un frente ornamental de hastial roto, pedestales y pináculos, flanqueando a una esquina curva de traza barroquizante y huecos recercados en paños de ladrillo entre pilastras e impostas estucadas, bajo una sugestiva «peineta» con hornacinas y jarrones… A mitad de los 40, Javier Sanz practicaba en León, ese estilo «neoclásico-barroco-localista de ladrillo y piedra», maneras eclécticas y elementos Decó, sin duda inspirado en la obra que, a otra escala, los hermanos Otamendi desplegaban por el último tramo de la Gran Vía o en la Avda. Reina Victoria, en aquel Madrid de la posguerra… Años después, Luis Aparicio completaría la manzana hasta Arco de Ánimas, plagiando a Sanz… Pero eso es otra historia.