Somos 9.000 menos
Somos nueve mil menos que en 2019. Nueve mil leoneses menos para votar, para consumir, para sostener el comercio, 9.000 que faltan para ir al médico, al abogado, para tener hijos a los que llevar al colegio, 9.000 almas que ya no comprarán o alquilarán vivienda, nueve mil menos, 9.000 que seguirán reduciéndose porque —por si no lo saben— las tendencias son las que generan la proyección sentimental que hace que un territorio siga en pie o se deje vencer, como los moribundos que saben que son los últimos de un espacio que desaparecerá cuando dejen de imaginarlo.
Las otras dos provincias que más personas han perdido en estos cinco años son evidentemente Zamora y Salamanca.
Cinco mil menos cada una, quince mil que suma todo lo que una vez fue región leonesa para que luego venga diciendo el clon de Raúl de la Hoz en las Cortes que eso no existe, que la vida también se puede defender desde la realidad de la muerte, la que sufrimos a manos de cuantos nos venden a cada minuto, que Troya desapareció y necesitó de más de tres mil años para demostrar que el hueco que dejó en la historia era real.
Un tercio de todo lo que pierde esta comunidad se va al desagüe a través de Asturia, la mitad si se suman las tres provincias, un agujero en las posibilidades de encontrar un lugar en este país cuya desgracia fue sepultar la vanguardia, la modernidad leonesa que podría haber modificado la historia de España.
La UPL se reúne con los partidos que nos han traído al estado de catalepsia que sufrimos y que ahora prometerán lo que no pueden cumplir.
Sólo tenemos cuatro diputados, tanta irrelevancia que hace imposible que a ninguno de los dos amos que se turnan en el control de las llaves del calabozo les salga rentable ceder más allá de las migajas que acostumbran a tirarnos. Lo de menos son los proyectos y las promesas con las que nos entretienen. Saben que el tiempo está de su lado, que en poco no habrá nada que negociar. Nueve mil personas menos. Doblen la cifra en cada una de las cuadrículas del tablero de ajedrez y sabrán cuando acaba la historia.