Diario de León

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Parece que Gerardo Courel no podrá concluir o siquiera iniciar su proyecto estrella, una siembra micológica —es para lo que ha dado de sí su presidencia— que aún es flamante porque de poco que ha hecho está a punto de estrenarse. Tampoco es por alabarle, pero es que poco más puede hacer con una institución que el PP instauró para que el PSOE haga de quintacolumnista. Nada cambiará hasta que el partido deje de ser subsidiario de Valladolid y luche por la salud de los ciudadanos. Aún recuerdo cuando Jesús Esteban ‘Susi’ departía con Mañueco en Valladolid sobre el nuevo impulso que la Junta estaba a punto de dar a las instituciones propias, las del Bierzo, que son todos muy mal pensados. Al final, nada, más o menos como ahora, que los bercianos se quedaron con los sueldos de los consejeros y sin las obras y los millones que se prometía el alcalde de Bembibre.

A más, el Consejo Comarcal sigue en lo que era en el año 2003, un mero «auxilio social» —como lo llamaba por entonces Pedro Muñoz— con el que repartían dádivas, dedicaciones exclusivas y kilometrajes para encadenar a los ‘diputados menos cuarto’ en meros semovientes del poder de la Comunidad.

No sé a qué se dedicará Courel ahora que podrá dejar de hacer nada y regresar a la vida activa, pero lo que rezuman todas estas elecciones que nos regalan los partidos es que lo de menos es la gobernación y lo de más, los afanes para no quedarse atrás en las vendetas y las cuitas.

Mañana hablaremos del Gobierno, prometían Tip y Coll cada vez que finalizaban la clase magistral de cómo llenar el vaso de agua. Poco menos se podía decir entonces, poco menos le oiremos a quien ni siquiera se atrevía a ir de one por su pueblo por si acaso alguien decidía rascar y encontrar ladrillo.

Aunque, a lo mejor no, que puede que los que mandan sólo pretendan, y tratan de esperar todo el tiempo del mundo para que los mansos hereden la Tierra y los que advierten de que el agua rebosa se vayan a casa.

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