Diario de León

Luis del Val

Mucho tomate en Murcia

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Enrique Jardiel Poncela, una de esas personas de gran talento que, de vez en cuando, nacen en España, dejó escrito —no sé si en una de sus obras de teatro o en alguna de sus atrevidas y casi surrealistas novelas— que en Murcia había mucho tomate. Aprovechaba la polisémica expresión del «aquí hay mucho tomate» para emplear la metáfora con maliciosa intención. Y no sé si eso sería cierto en vida de Jardiel, pero no hace mucho, el derrumbe de un partido político al cual voté, Ciudadanos, comenzó en Murcia, merced a uno de esos enjuagues de pactos —más o menos explícitos, más o menos tapados— que fue como poner un petardo en una gasolinera.

Y fue un murciano, mano derecha de un líder del PP, el que le arrastró al fracaso y provocó el relevo en el partido y la llegada de Núñez Feijóo. Ahora, parece que los pactos entre el PP y Vox para elegir alcaldes y presidentes de comunidades de autónomas han encallado en Murcia, lo cual convierte el lugar, no en un sitio donde abunde el tomate, sino que supera al de la tomatina de Buñol, desde el punto de vista político, naturalmente.

Como no vivo en Murcia, si se tienen que repetir las elecciones no sufriré demasiado, porque no tendré que ir a votar en agosto, pero puede suceder una reacción, que no sé si son capaces de prever los responsables de PP y Vox, porque la mayoría son de letras, pero tienen antecedentes para observar. De las muchas tonterías que cometió el anterior líder del PP, una de ellas fue apostrofar a Vox, como si fuera el gran enemigo a abatir. De las tonterías del líder de Vox, la más reciente ha sido su campaña de poner a España, el bien de España, por encima de cualquier otro objetivo y, ahora, resulta que él tiene una prioridad, antes que el interés general de España, y es el interés de los votantes de Vox, parece que bajo el principio de que el cliente siempre tiene razón.

Hagan lo que quieran: pacten, riñan, discutan, teatralicen y proclamen lo que deseen. Lo digo tanto por los del PP como por los de Vox, pero no hagan como sus contrincantes que, en lugar de arreglar problemas, los crean. Eso siempre pasa factura. Puede que ahí esté la explicación de por qué el tomate ha subido de precio.

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