Diario de León

Creado:

Actualizado:

Hay dos máximas que rigen la ilógica política y alargan su sombra hacia arriba en las altas instituciones y hacia abajo en las corporaciones menores (o al revés). Con la misma marea de fondo, anclada demasiado a menudo en las miserias y viscerales complejos personalistas. Una dice que un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro, y un compañero es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro. Clemenceau dixit. La otra reza que el poder desgasta, sobre todo al que no lo tiene. Reflexión de Giulio Andreotti. Podían ser muchas más. Y las que habría que inventar para enredar la trama y la urdimbre que teje hasta hoy la composición de buena parte de los 211 ayuntamientos leoneses.

Mucha tela que cortar en los empates y más aún con la miríada de ecuaciones posibles gracias a la dispersión del voto en formaciones minoritarias y localistas, pero con el puñetero concejal que inclina la balanza en liza. Hoy quedarán sentadas las bases de un panorama de gobierno municipal que augura sustanciosos revolcones en el mandato que nace. Que culminará a buen seguro con no pocos traspasos de bastones de mando, y multitud de zancadillas en la gestión. Lo que alimentará egos y servirá venganzas en plato frío, pero tendrá como principal consecuencia un inaceptable desperdicio de las paupérrimas oportunidades de las que parte este territorio doliente. Mal asunto.

Pueblo pequeño, infierno grande, decía mi abuela. Los pactos a priori anti natura de militancia política están sentando las bases de un buen número de ayuntamientos. Tira más una pedrada mal dirigida en la infancia del río, una linde disputada o un Villatripas de Arriba contra Villatripas de Abajo que todo argumentario presuntamente ideológico. Pues allá vamos.

En municipios con lindes más elevadas las formaciones llave tendrán que ser suficientemente inteligentes como para no dejarse llevar por las ínfulas de poder efímero, que tienen por costumbre llevarse por delante a los minoritarios que no calibran bien que una cosa es prometer y otra dar trigo. Desde la oposición o la coalición suficientemente distante todo es posible. Desde la gestión se evaporan las maduras, y aprietan las cuentas, los plazos, las burocracias,... Y la realidad de proyectos que funcionan bien como cuento de la lechera, pero nacieron ya como cántaro roto. Mejor seguir cosechando a la sombra que dejarse quemar por los focos. En eso andamos.

tracking