¡Menudos socios!
Las cosas son como son aunque no nos gusten. Y el pacto del PP con Vox en la Comunidad Valenciana atraganta a quienes pensaban votar a Alberto Núñez Feijóo para que desplace a Pedro Sánchez en la Moncloa. La cuestión es que, tal y como se ha ido configurando en espacio político, es difícil que tanto el PSOE como el PP, obtengan mayorías suficientes para gobernar sin socios. La aparición de nuevos partidos como Podemos, Vox y Ciudadanos rompió en pedazos el bipartidismo sobre el que se venía sustentando la estabilidad de nuestro país. Pedro Sánchez ha gobernado gracias a Podemos pero también a Bildu y a Esquerra Republicana, todas ellas fuerzas políticas que vienen cuestionando los fundamentos de nuestra Constitución y de nuestra democracia. De manera que Sánchez eligió unos mas que controvertidos compañeros de viaje y, no nos engañemos, volverá a repetir pactos con ellos si sus votos le vuelven a permitir gobernar.
De la misma manera que Núñez Feijóo no rechazará los votos de Vox si los necesita para el mismo cometido. Así que no cabe mas que lamentarse, o al menos algunos lo hacemos, porque el fin del bipartidismo no solo ha traído inestabilidad sino que los socios de los dos grandes partidos provocan tanta animadversión como desconfianza.
El problema del PSOE es que desde 1982 a su izquierda solo quedaron los restos del naufragio del PCE reconvertido en Izquierda Unida. En cuanto a la derecha del PP no había nada, y no lo había porque uno de los aciertos de Manuel Fraga fue lograr que la derecha mas recalcitrante formara parte de Alianza Popular y se ajustará a las reglas de juego de la democracia. Pero esa derecha un buen día se «escapo» del PP y ha ido tomando forma hasta aglutinarse bajo las siglas de Vox. Si de verdad Abascal y los suyos tuvieran el mas mínimo sentido del Estado y no estuvieran pedaleando para su propia conveniencia, lo mejor que podían hacer es disolverse y regresar a la casa materna. Pero claro eso no lo van a hacer porque prefieren tocar con las manos el bastón de mando.
Así las cosas en el País Valenciano el PP ha pactado el gobierno con Vox, previa patada hacia adelante del tal Carlos Flores, al que Santiago Abascal debería de apartar de la escena publica aunque solo fuera por hacerse un favor a si mismo y a su partido.
Lo cierto es que no cabe engañarse y dar por hecho que el PP pactará a su derecha con Vox como el PSOE lo hará con Sumar, Podemos, Bildu, Esquerra o Junts per Catalunya, estos últimos partidos protagonizaron en Cataluña el «golpe» contra la Constitución y por tanto contra la legalidad.
Así que estos son los socios y amigos de los unos y de los otros, vamos que poco se pueden reprochar Sánchez a Feijóo y Feijóo a Sánchez.