Editorial | La presión de los hosteleros
Era una huelga difícil: hacer parar al sector de la hostelería en fechas como las fiestas de San Juan y San Pedro y durante la cumbre europea que se celebrará en León a finales de mes. Difícil porque los sindicatos que han agotado las negociaciones hasta la extenuación tenían el reto de sufrir el más absoluto de los ridículos si no había un seguimiento moderado —francamente, ningún negocio está para fantochadas— o, por el contrario, ganarse el crédito de 10.000 trabajadores que dependen de lo que negocien con la patronal. Las diferencias de última hora son mínimas y al final la presión ejercida por el sector suena ahora más a un brindis al sol que a un pulso real hinchado con la cercanía de los festejos y una cumbre europea que debe reflejar la imagen que ha sabido dar León en tantas ocasiones. Es verdad que la hostelería ha sucumbido a la presión inflacionista, pero esa subida de precios...