Editorial | Nueva vida para La Robla
La presentación de los proyectos ideados para aprovechar las instalaciones de la vieja térmica de La Robla facilitan una esperanzadora novedad para una comarca terriblemente perjudicada por el abrupto final de la minería y de la energía termoeléctrica. Sobre la mesa están unos planes concretos, con cifras de inversión, con plazos y con previsión de número de trabajadores. Sus efectos incluso llegarán a la zona centro y sur de la provincia, a la agraria, por la necesidad de que facilite materia prima. Las empresas Reolum, Tresca e Incus Capital promueven un plan que moverá casi 440 millones de euros. Y que se basa en la biomasa y el e-metanol, un relevo claro hacia la economía del siglo XXI, en la que León tiene que hacerse presente. La ausencia de una transición justa tantas veces anunciada desde el Gobierno parece que es de algún modo paliada por la iniciativa de empresas que sí creen en esa nueva era.