Editorial | El conflicto del patrimonio rural
La entrada de una nueva ermita rural en la llamada Lista Roja del patrimonio en riesgo de desaparición no debe sorprender a nadie. El problema que genera el ingente patrimonio acumulado por los pueblos es un problema evidente. Son incontables los elementos que demandan más atención, tanto edificios religiosos como civiles —palacios, casonas, palomares, torres, castillos y un largo etcétera—, e incluso en muchas ocasiones existen elementos mobiliarios dotados también de especial valor. Pero, la despoblación no facilita las cosas. Parece evidente que los medios disponibles son siempre insuficientes. Y que hace falta priorizar. La duda es cómo establecer fórmulas para preservar todo lo que ofrece un valor notable. El conflicto es evidente y la solución no parece sencilla.