Un tonto internacional
Ivan Dimitrov, el turista de origen búlgaro y afincado en Londres que fue fotografiado mientas hacía una inscripción en la piedra del Coliseo Romano, provocando con ello el bochorno internacional, ha remitido a un periódico italiano un comunicado de disculpa, a la altura de su estupidez: «Solo después supe que era un monumento tan antiguo». Entonces, ¿qué hacía en el Coliseo? En lo visual, es edificio rotundamente antiguo. Quizá los cinco años de cárcel que le pueden caer son excesivos, pero 15.000 euros de multa me parece que son poca multa. Entrenador personal, de profesión, ¿no ha visto cien veces El furor del dragón, la película en la que Bruce Lee lucha contra Chuck Norris en ese mismo Coliseo? ¿No ha visto Gladiator ? ¿Creía que la pizza era lo más antiguo de Roma? Las imágenes grabadas —por otro turista— muestran una acción autocomplaciente, a un tonto internacional que cree que los demás también lo somos. Cuando Casanova era sorprendido en cama ajena decía impertérrito: «esto no es lo que parece»». Pues si no lo era, se le parecía mucho. Esto hoy ya no cuela. La tableta se le ha de estar derritiendo del acoquine. Los romanos están indignados como nosotros lo estaríamos si alguien hiciese eso mismo sobre nuestra Catedral de León. En tiempos de Vespasiano, un león se habría hecho un carpaccio con él. Además, como inscripción de amor fue bastante sosa: los nombres y el año. Menos mal. En el Quijote , la legión de enamorados de la bella Luscinda no dejó hayedo sin grabarle un corazón y un verso. Si los árboles hablasen hubieran espetado: «¿Por qué no se lo grabáis a esa tía de vuestra abuela que se llama Berengüela?».
Tus tontunas de amor no se las puedes imponer al futuro. De novios, a Marta la rondaba cada noche con un laúd, hasta que los vecinos me dieron a entender con gritos y zapatos que no les gustaba mi repertorio medieval, ¿insistí? No. Pasé a rondar con una orquesta de mariachis. ¿A quién no le gustan las rancheras, incluso de madrugada o a la hora de la siesta? Roma es amor escrito al revés.
Una vez dejada clara nuestra plena repulsa a la acción de este vándalo, que nos indignen también otras acciones aún más vandálicas, sobre todo si se llevan a cabo desde un abuso de poder.